2. La
celulosa y el problema de la deforestación.
La celulosa es un polímero formado por moléculas de
glucosa, muy abundante en el reino vegetal; está presente en la madera de
árboles y arbustos. Aunque sirve de materia prima para productos como el
nitrato de celulosa, la industria papelera es con diferencia la principal
demandante de celulosa.
La producción de celulosa plantea serios problemas medioambientales. La fabricación de papel de baja calidad como el de la prensa diaria proviene de un simple proceso de triturado y cocción, cuyo inconveniente es el alto consumo energético y la consiguiente contribución el efecto invernadero. Para la mayor parte de las aplicaciones del papel se exige una mayor calidad, lo que implica un tratamiento químico para asegurar que las cadenas moleculares de la celulosa nos e rompan y para eliminar la lignina presente en la pasta de madera. Los métodos utilizados son muy agresivos con el medioambiente porque consumen una gran cantidad de agua, que se contamina. El uso de catalizadores y de nuevas técnicas de refinado de la celulosa ha reducido, aunque ni mucho menos eliminado, el riesgo de contaminación.
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Fabrica de Huelva |
El principal problema relacionado con la producción
de celulosa es la deforestación. Los bosques y las selvas constituyen la base
del equilibrio ecológico de la Tierra. Los bosques ayudan a mantener un
adecuado nivel de humedad atmosférica y constituyen grandes ecosistemas de cuya
supervivencia depende buena parte de la biomasa mundial.
Se calcula que los bosques y selvas tropicales acogen más del 60% de las
especies animales y vegetales.
Por esta razón se hace realmente difícil
imaginar la vida sin esta maravilla de la naturaleza, sobre la que tantos
peligros se ciernen. Actividades como la industria de la madera y la celulosa;
la tala indiscriminada; prácticas agrícolas y ganaderas.
Las consecuencias de la explotación forestal son
aterradoras: en menos de un siglo la superficie mundial de selva tropical se ha
reducido a menos de la mitad. Si el ritmo de destrucción de la selva tropical
se mantiene, en pocas décadas el cinturón verde ecuatorial que rodea al mundo,
habrá desaparecido.
2.1.
Plantaciones forestales.
La industria de la celulosa es una auténtica
devoradora de madera. Estas empresas se defienden argumentando que han
compensado las talas con reforestaciones y el impulso de las plantaciones
forestales.
Como alternativa ecológica, las plantaciones
forestales son objeto de un enconado debate. En primer lugar, no llegan a
convertirse en sumideros de CO2
comparables con a los bosques naturales, pues los ejemplares cultivados
son talados para su uso industrial tan pronto como alcanzan la madurez. En los
países del Tercer Mundo, las plantaciones a menudo desplazan a los habitantes
de la región donde se establecen, viéndose estos obligados a talar otras zonas
del bosque para practicar agricultura y ganadería. Por otro lado, el impacto
medioambiental de las plantaciones es importante, ya que reducen la
biodiversidad. El protocolo de Kioto incluye algunas cláusulas con el objetivo
de regular las plantaciones forestales.
Las empresas productoras de celulosa están abusando
de plantaciones de géneros de rápido crecimiento como el eucalipto y el pino.
El caso del eucalipto es especialmente preocupante; se trata de un árbol originario
de Oceanía que ofrece una madera de excelente calidad y en solo tres años puede
alcanzar los diez metros de altura. Sin embargo, su introducción en un
ecosistema ajeno provoca serias alteraciones: las raíces de eucalipto se
propagan con rapidez, arrebatando a las demás especies vegetales toda la
humedad que tienen a su alcance y empobreciendo rápidamente el suelo; además
segregan sustancias químicas que inhiben el crecimiento de las demás especies e
impiden la germinación de sus semillas.
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