3. La
sociedad de consumo
Nada es comparable al descomunal salto tecnológico
que tímidamente se inició en Europa
Occidental durante los últimos siglos de la Edad Media y alcanzó su punto
culminante durante el siglo XIX con la Revolución Industrial.
¿Cómo puede explicarse lo que algunos historiadores
denominan “el milagro europeo”?. Los europeos estamos sometidos a condiciones
geoclimáticas semejantes a las de muchos
otros lugares del mundo; y aunque esto se puso en duda, tenemos la misma
inteligencia que el resto de seres humanos del planeta, sean de la raza que
sean.
La ideología capitalista
puede resumirse en una sola frase: por mucho dinero que se gane siempre se
querría ganar más. El ser humano agudiza su ingenio solo cuando la necesidad
obliga a ello. Durante miles de años vivió de la caza y la recolección.
En Europa
Occidental conseguir muchas riquezas se convirtió en una necesidad tan fuerte
como alimentarse. Quienes sentían esa necesidad eran mercaderes que tenían que
vender sus productos para satisfacerla, y
para ello tenían que inspirar nuevas necesidades en el resto de la
población: necesidad de vestir ropas más lujosas, de condimentos para la
alimentación. Fue esta la espiral que facilitó la revolución industrial y el
advenimiento de la sociedad de consumo.
3.1.
¿Desarrollo sostenido o desarrollo
sostenible?
Después de mucho tiempo, son muchas las voces que
alarman sobre el destino de nuestro futuro y la necesidad de tomar medidas con
respecto a los modelos de desarrollo que dirigen nuestra sociedad. Pero de lo
que no cabe duda es de que empezamos a tomar conciencia de los problemas a los que nos ha conducido la moderna
economía de mercado, la globalización y el consumismo.
Toda propuesta del desarrollo sostenible pasa por
renunciar a una buena parte de nuestras comodidades, pero ello plantea serias
dificultades: ¿cómo conseguir que todos, sin excepción, acepten ese sacrificio
sin que algunos se aprovechen de él? Y lo que es más difícil, ¿cómo hacerlo sin
que nuestra frágil economía de mercado basada en el consumo desaforado se
hunda? Ese es el reto al que nos enfrentamos en este nuevo siglo.
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